Cómo tener presencia en Instagram sin morir en el intento

Hoy en día hay tantas agencias y asesores inmobiliarios que la tarea de diferenciarse del resto se hace cuesta arriba. Si no estamos descubriendo el agua tibia, ¿cómo podemos ser relevantes sin morir en el intento?  

Seguramente, esa es una de las grandes preguntas que te has hecho una y otra vez, ¿cómo reinventarte?, ¿cómo hacer que te prefieran a ti?

En el post anterior hablamos sobre por qué deberías tener presencia en Instagram, pero ahora vayámonos al detalle: cómo empezar y hacerlo correctamente.

Tanto para una oficina inmobiliaria, como para un asesor independiente, es importante reflejar una buena presencia en redes sociales. Por eso, lo primero que debes tener en cuenta es la coherencia entre tu vida real y tus redes (en términos profesionales). No puedes mostrar algo que no eres; sé tú mismo y confía en tus habilidades. La base de la gestión inmobiliaria es la confianza.

Primero que nada, objetivos claros

En toda empresa bien constituida existen los llamados Objetivos SMART

Cada uno de ellos responde a una necesidad que debes cubrir para lograr el posicionamiento. Es decir, deben estar basados en tu propio contexto, en la situación actual de tu negocio.

Objetivos específicos: responden a necesidades puntuales de la marca, o en este caso, de la agencia o el asesor inmobiliario, a corto y mediano plazo. Por ejemplo: captación de personal para el equipo de trabajo, aumento de leads en un porcentaje estipulado, interacciones, etc.

Medibles: una vez identificados los objetivos específicos, debes plantear la metodología para la medición e interpretación; para ello debes usar un software que posibilite saber con números y gráficos cada resultado. En el caso de Instagram, la propia aplicación tiene una sección de estadísticas que te permite ver el status en el que estás. Pero además de eso, también te será de utilidad optar por herramientas como Metricool, que te dan un panorama más amplio, por rangos, e incluye gráficos. A partir de allí deben entrar en juego tus habilidades analíticas para entender esos datos que están frente a ti. ¡Y no te preocupes! Si tienes dudas, en Metricool existe un glosario de términos que te ayudará a entender mejor lo que significa cada valor.

Adicional a eso, es importante tener la data al día y clasificada. Además de tener claros los objetivos, las fortalezas y las desventajas, también debes saber con qué cuentas (un inventario actualizado de propiedades para vender o alquilar según criterios de búsqueda; es decir, salida rápida, buen precio, documentos en regla, etc.)

Alcanzables: en este punto nos referimos a objetivos que de verdad puedan ser realizables, teniendo en cuenta el diagnóstico sobre las condiciones en las que te encuentras, o el equipo y las herramientas que tienes a tu disposición. Piensa en la logística, ¿de verdad estás en capacidad de llegar a la meta planteada?  Recuerda que estas metas, mientras más aterrizadas se plasmen, mejor, pues serán la brújula para guiarte en las próximas acciones, dentro de un camino certero.

Relevantes: también conocidos como las metas realistas. Son aquellas que están alineadas con los objetivos generales de tu negocio. No tiene sentido proponer un objetivo que no responda a un propósito de los que la empresa tiene en su plan de desarrollo. Si sientes que debes tomar una acción que no tiene nada que ver con tus objetivos, ponla en pausa, más adelante verás si la necesitas o no.

Temporales: para poder ver los frutos de tus acciones, tienes que determinar el tiempo en el que te toma alcanzarlas. El tiempo que le asignes a un objetivo podrá jugarte a favor o en contra, por eso es importante que elabores tu plan con la plena consciencia de tus capacidades actuales. Lo ideal es ir sin prisa pero sin pausa, dando la oportunidad de completar cada actividad en su justa medida para minimizar el rango de error. Por ejemplo: no es lo mismo dejar correr una campaña 360 durante una semana que durante un mes, los resultados pueden variar significativamente por esa diferencia. Asegúrate, entonces, de tomar este punto en consideración.

Planifica el contenido en función de tus objetivos principales:

Una vez que tengas cada una de tus metas y acciones definidas, es hora de ponerlas en marcha; elabora una planificación y síguela. Si en el camino consideras que debes hacer ajustes, tómate el tiempo para hacerlos, pero no te detengas.

En el medio en el que te desenvuelves, los pilares de tu contenido son muy específicos:

  • Captación
  • Catálogo de propiedades
  • Garantía (experiencia, testimonios, storytelling)
  • Oportunidades de inversión
  • Tips
  • Y por supuesto, branding.

Pero eso no tiene por qué limitarte. Puedes ofrecer a tu público contenidos complementarios que saquen a relucir tu valor diferenciador. ¿Qué tal datos curiosos sobre las ubicaciones de las propiedades?, también puedes hablar sobre arquitectura, diseño de interiores, documentación, e incluso marketing. Crea un banco de temas de interés y utilidad pensado para tus usuarios, ellos te lo agradecerán.

Acércate a tu público

El verdadero valor lo encontrarás poniéndote en los zapatos de tu gente. Más allá de lo obvio que puedes ofrecer agente inmobiliario debes aportar soluciones, aclarar dudas, brindarles conocimientos, promover valores y educar.

Si no sigues esta fórmula, estarás metiendo todo tu trabajo en un saco roto. Cada uno de estos puntos los puedes adaptar a tu modelo de negocio, sin importar qué sea lo que vendes.

Ten ideas creativas para continuar ofreciendo tus productos. Consume redes sociales, métete en lo que está sonando y fíjate en cómo ese contenido se vende. Recuerda que no solo se trata de promoción, sino de cómo hacerlo, de adaptarse a las nuevas tendencias y no tener miedo. ¡Eso sí! Evita contenidos que no estén alineados con tus objetivos; una cosa es hacer un paneo de lo que hay en las redes y otra es reproducir.

Responde dudas: no tienes que limitarte únicamente a las que te hacen tus clientes directamente; recuerda que en las redes sociales la retroalimentación es importante. Fíjate en lo que te preguntan a ti a través de comentarios o mensajes privados; o lo que le consultan a tu competencia. Aprovecha y anticípate a las dudas, da respuestas incluso sin que te las pidan. De allí nace el verdadero contenido de valor, el que resuelve situaciones concretas.

Apela a los contenidos inspiracionales y aspiracionales: juega (en el buen sentido) con los deseos de la gente, muéstrales eso tan anhelado. En tu caso, por ejemplo, todas las comodidades que una casa puede ofrecer, pero más allá de lo material, cómo se convierte una simple casa en un hogar. La parte emocional también juega un papel importante en la estrategia digital.

Finalmente, apóyate en los hashtags pero de manera inteligente: utiliza los relacionados con tu público, productos y servicios. Tómate la tarea de revisarlos, buscar cuántos seguidores o publicaciones tienen y elabora una lista de, por lo menos, 30 opciones. De allí irás rotando poco a poco, según el tipo de publicación. Lo recomendable es que uses entre 7 y 15 en cada publicación. Y por nada del mundo te conviertas en SPAM. No seas repetitivo, recuerda que Instagram valora mucho más al manejo natural que al automatizado. Optimiza sin perder tu esencia.

Recuerda que la relación con tu marca debe ser emocionante, inspiradora y cautivadora.